La música es parte fundamental de cualquier cultura,
y afortunadamente la mexicana tiene hasta de sobra.
Texto por: @Sean | Fecha: 15/09/2025
Como nuestro México mágico no hay dos. Si bien este país está a punto de cumplir 204 años de independencia, su cultura tiene milenios, e incluye una gran y profunda historia musical, desde la tradicional, como el mariachi de Jalisco, el son jarocho o las polkas norteñas, hasta los géneros contemporáneos, como el blues tijuanense de Javier Bátiz y los boleros del yucateco Armando Manzanero. La música mexicana cubre una amplia gama de ritmos, estilos e instrumentos, que para analizarlos en su totalidad probablemente sería necesario escribir varios libros (recomiendo Un Siglo de Historia Musical de Jaime Almeida, nomás para lo de 1920 a 2014).
Sin embargo, estamos de acuerdo en que hay canciones que forman parte de la “idiosincrasia” mexicana, de su ADN, por decirlo de otra forma. Esas canciones que, o te las sabes aunque nunca te las quisiste aprender voluntariamente, o que cuando las escuchas solamente puedes pensar “esto suena a México”. A propósito de las fiestas patrias, daré un muy breve repaso de las tres canciones que considero que son las más representativas de lo que podríamos llamar el “espíritu mexicano”.
Cielito Lindo
También conocido como el Imagine mexicano, Cielito Lindo es de esas canciones que permiten identificar a un mexicano en el extranjero fácilmente. Por ejemplo, si estás en una emergencia fuera del país, empieza a cantar el “ay, ay, ay, ay”. Si nadie te responde es porque no hay mexicanos cerca de ese lugar, así de sencillo.
Esta canción tiene su origen en el siglo XIX, pues fue escrita por Quirino Mendoza por ahí de 1882, aunque se ha descubierto que algunos de sus versos habían sido usados en canciones españolas más antiguas. Esto no necesariamente quiere decir que hubo algún tipo de plagio, pues hacer esto era algo típico de las composiciones en aquellas épocas. Se dice que esta canción fue escrita para la esposa del autor, que también tenía un lunar negro junto a su boca, quién lo diría.
El cómo y por qué esta canción pasó de ser una canción de amor a representar al país en eventos deportivos es desconocido. Honestamente, si bien la considero representativa, Cielito Lindo me causa un poquitín de repulsión, más que nada por esa apropiación que le han hecho cierto tipo de personas, no por nada es el Imagine mexicano. En mi opinión, bien pudo haber sido México Lindo y Querido o cualquier otra canción de ese estilo la que ocupara su lugar y el resultado hubiera sido el mismo, y sé que medio se entiende que hasta cuando estás triste debes ver el lado positivo de las cosas y así, pero, ¿es realmente en eso en lo que piensa la gente cuando la canta?
Huapango
José Pablo Moncayo fue uno de los músicos mexicanos más representativos de la primera mitad del siglo XX, pues se dice que sus composiciones simbolizaban y representaban magistralmente la esencia nacional. Sin duda, su obra más conocida es Huapango, también conocido como el Huapango de Moncayo, por obvias razones. Tal vez no es tan reconocida por su nombre, pero estoy seguro de que, de tanto que sale en anuncios de cerveza y cosas así, la has escuchado por lo menos una vez.
Inspirada por lo que escuchó el autor en una excursión a Veracruz precisamente para conocer y aprender de la música tradicional del estado, Huapango se estrenó el 15 de agosto de 1941 en el Palacio de Bellas Artes. Su uso en un sinnúmero de anuncios, exposiciones y montajes en general que muestran la belleza de esta república la han llevado a ser llamada “el segundo himno nacional mexicano”, y con justa razón, pues como que sí suena a México.
Debo reconocer que, igual que en el caso de Cielito Lindo, a pesar de que no tiene algo “malo”, no puedo decir que me agrada mucho. Quiero suponer que su sobreuso para mostrar “lo mejor” del país lleva a que la relacione con ese tipo de música genérica que intenta provocar sentimientos “patrioteros”, aunque esto definitivamente no es culpa de Moncayo. De cualquier forma lo representativo nadie se lo quita.
Las Mañanitas
Lo confieso. Desde hace años tenía ganas de escribir sobre el origen de Las Mañanitas y usé la excusa de las fiestas patrias y las canciones mexicanas representativas para hacerlo, porque dedicarle un texto completo exclusivamente a esta canción sería extraño. La razón es que, de unos años para acá y principalmente en lugares alejados de “lo popular” (o sea, en San Pedro), he escuchado que este gran clásico de los cumpleaños está siendo reemplazado por el “cumpleaños feliz” genérico que se canta en todo el mundo, ‘ora sí que literalmente aquí y en China, y NO LO VOY A PERMITIR.
¿Qué es de una reunión para festejar que viviste otros 365 días sin que todos los invitados te canten este rolón? ¿Cómo sería el pasar el momento más incómodo de este, tu día especial, evitando el contacto visual con gente que no tiene la mejor entonación, pero sí la mejor disposición para lograr que disfrutes tu día? ¿En qué otra situación una canción puede hacer que el tiempo pase más lento, haciendo parecer que es interminable? Las Mañanitas provocan todo esto y más.
Las primeras versiones de esta canción se remontan, al igual que Cielito Lindo, a la música española del siglo XIX, cuyo género era justo mañanitas. Cuando dice “estas son las mañanitas que cantaba el Rey David”, es como decir “este es el tango que cantaba el Rey David” o las cumbias o el género que gustes. Como que así la letra tiene más sentido. En fin, la versión que cantamos en la actualidad es de inicios del siglo pasado, cuando el reconocido compositor mexicano Manuel M. Ponce le dio estructura a diversas mañanitas que rondaban por ahí para que se hicieran LAS Mañanitas.
Por último, se dice que el que, en la década de 1920, le dio los arreglos finales a la composición para crear la versión que se mantiene hasta nuestros días, fue Alfonso Esparza Oteo, otro reconocido compositor que justo en esa década tuvo su mayor auge. Como dato curioso, una de sus canciones, El Limoncito, sonaba en el restaurante La Bombilla justo en el momento del asesinato de Álvaro Obregón en 1928. Volviendo al tema, la popularidad de Las Mañanitas se debe a la versión que hizo Pedro Infante en el clásico de 1948, Nosotros Los Pobres. Hubiera pensado que tenía más tiempo como tradición y no que se hubiera hecho tradición porque salió en una película, pero bueno, es lo que hay. Además, esta canción cruzó fronteras, pues también es usada en cumpleaños en otros países centroamericanos y caribeños, como Guatemala y El Salvador.
La música es parte fundamental de cualquier cultura, y afortunadamente la mexicana tiene hasta de sobra. Estas tres canciones son las que considero las más representativas, pero hay muchas más que también podrían incluirse en la lista. ¿Acaso Amor a la Mexicana de Thalía estaría en una lista similar pero de música pop? Yo no lo sé, pero espero que hagas tu reflexión antes de hacer la lista que amenizará tu noche mexicana, pues de eso depende el ambiente festivo. Recuerda, todo con moderación.

