Según The Economist, en 2024 habrá elecciones en 76 países, incluyendo ocho de los diez más poblados del mundo: Bangladesh, Brasil, India, Indonesia, Pakistán, Rusia, Estados Unidos y México.

Texto por:  @Sean  | Fecha: 26/05/2024

2024 es un año de elecciones. De acuerdo con The Economist, en 2024 habrá elecciones en 76 países, incluyendo ocho de los diez más poblados del mundo: Bangladesh, Brasil, India, Indonesia, Pakistán, Rusia, Estados Unidos y, sí que sí, México. Este 2 de junio se llevarán a cabo las elecciones más grandes de la historia de nuestro querido país, con más de 20 mil puestos de elección popular en disputa y 98 millones de personas llamadas a las urnas, según el Instituto Nacional Electoral (INE). ¿Qué mejor momento que este para explorar la relación entre las elecciones, este evento que a todos nos hace sentir un poco menos vivos cada tres años, y la música, aquello que nos mantiene vivos día con día?.

 

Se puede intuir que la principal intromisión musical dentro del período electoral es el uso de canciones en eventos de campaña. Un caso icónico ocurrió hace 40 años, en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 1984. Ronald Reagan, aquel presidente que antes de entrar a la política había sido actor de Hollywood y que revolucionó la política económica, buscaba su reelección en contra del demócrata Walter Mondale. Justo cuando se estaban llevando a cabo las campañas, una de las canciones que más sonaban en el radio era Born in the U.S.A., el clásico de Bruce Springsteen. Tras escuchar ese coro que grita el nombre de la canción y ver que los conciertos de The Boss se llenaban de banderas estadounidenses, el equipo de Reagan sugirió que fuera usada como su canción de campaña, como para darle unos toques más patrióticos, más que nada. Además, estaban seguros de que Springsteen era el tipo de persona que votaría por el Partido Republicano.

 

Lamentablemente, nadie le puso atención a la letra. Born in the U.S.A. habla de un veterano de la guerra de Vietnam que fue a “defender a su país” matando gente a miles de kilómetros de distancia y, tras su regreso a Estados Unidos, se encuentra con que sus condiciones de vida no lo hacen feliz. Springsteen les negó el permiso para usarla en eventos y, ya encarrerado, también aprovechó para rechazar el darle su apoyo a Mondale. Finalmente, el resultado fue que Reagan ultra humilló a Mondale en las elecciones, con el margen de victoria más grande en la historia de Estados Unidos. Desconocemos si Born in the U.S.A. tuvo algo que ver, pero… para efectos de este texto, digamos que sí.

 

Hablando del uso incorrecto de Born in the U.S.A., otro que está acostumbrado a cometer el mismo error es el tremendo expresidente de Estados Unidos, Donald J. Trump. Aparte de usar esta misma canción en sus eventos de campaña, ya se está convirtiendo en deporte nacional el prohibirle que use canciones sin autorización. Neil Young, Sinead O’Connor (donde quiera que esté), Linkin Park, Village People, John Fogerty, Phil Collins y Johnny Marr, solamente por mencionar a algunos, se han quejado públicamente del uso de sus canciones en eventos del Partido Republicano.

 

Cosas como esta no pasan solamente en Estados Unidos. Hace algunos años, MGMT tuvo disputas legales con el expresidente francés Nicolas Sarkozy y su partido UMP, pues acostumbraban a amenizar sus eventos políticos con el clásico de 2008, Kids. Como “cortesía”, el partido francés le ofreció a la banda un euro. Un solo euro. MGMT escaló el conflicto y, al final, recibieron 30,000 euros. Nada, nada mal.

 

Pero bueno, ahora hablemos de casos mexicanos, que de esos hay muchos. Si bien se han creado canciones para las campañas presidenciales desde tiempos inmemoriales, creo que la canción más recordada que fue usada en un evento de campaña del Siglo XX es, sin duda, La Culebra de Banda Machos. Para los muy jóvenes, aquellos que no saben que el mundo existía antes del 2000, esta canción era la que sonaba en Lomas Taurinas aquel 23 de marzo en el que mataron a Luis Donaldo Colosio, candidato del PRI en las elecciones presidenciales de 1994. Uno de los eventos políticos más relevantes en la historia reciente del país está unido para siempre con una canción de boda, quién lo diría.

 

La entidad política que ha explotado al máximo el uso de la música como propaganda es Movimiento Ciudadano. No es necesario que diga más, pero lo diré como quiera. En las elecciones de 2012, el partido del color de Nickelodeon le pidió a Moisés Barba González, músico y productor, que les escribiera una canción para la campaña de Enrique Alfaro, en ese entonces candidato a la gubernatura de Jalisco. Este contacto inicial llevó a una colaboración espeluznante algunos años después.

 

En 2015, Barba, canalizando su odio a la sociedad, creó esa horrenda canción del Movimiento Naranja, que para 2018 fue reutilizada e interpretada por el en ese entonces pequeño Yuawi López, antiguo participante de La Academia Kids. Lo que supongo que nadie vio venir es que también creó una industria de canciones políticas que funciona para hacerle creer a la gente que se puede gobernar por medio de ritmos pegajosos en la voz de un ahora jovenazo que es descongelado elección tras elección (recuerden, niñas y niños, pegajoso no es sinónimo de bueno, el COVID-19 también es pegajoso). Pero bueno, no los culpo, ¿para qué desgastarse tomando decisiones por el bien de tu país si puedes sobrevivir otros seis años con solo decir el nombre de tu candidato tres veces seguidas, al estilo Beetlejuice?

 

Para cerrar con el tema, mencionaré un vínculo más entre la música y las elecciones: los músicos que se han lanzado para un puesto político. El primero que se me viene a la mente en este proceso electoral es el legendario Ramiro Delgado, extecladista de Bronco, que busca una diputación local en el Congreso de Nuevo León. También Toñita, la exparticipante de La Academia, busca una diputación federal… y no tengo algo más que agregar a eso. Pero este fenómeno no ocurre solamente en México, pues tenemos casos como el de Sonny Bono, el cantante, actor y primer esposo de ese simpático robot conocido como Cher (tesoro nacional de los Estados Unidos), quien, después de su carrera en los escenarios fue alcalde de Palm Springs, California, y, posteriormente, representante del Distrito 44 de California en el Congreso, o también el de Dave Rowntree, baterista de Blur y una de las personas más inglesas del universo, que actualmente es candidato al parlamento de Inglaterra como representante de Mid Sussex.

 

Como señalé anteriormente, este próximo 2 de junio son las elecciones. Yo sé que, con las opciones que se presentan, como que nomás no nacen las ganas de ir a votar. Sin embargo, esta es probablemente la elección más importante de los últimos años, una que tendrá consecuencias relevantes en el futuro cercano más allá de la persona que será la próxima presidenta. Es importantísimo que aproveches la oportunidad de ejercer uno de tus derechos y, también, una de tus responsabilidades como ciudadano de este bello y complicado país.

 

¿Por qué dejarías que alguien más escoja por ti a la persona que influirá directamente en tu futuro y en el de todos tus seres queridos? Si tú tienes el poder de decidir, ¿por qué dejárselo a alguien más y esperar a ver qué pasa? No le creas a la raza que dice que esto ya está decidido y que no vale la pena ir a votar. La ventaja de todavía vivir en un país con una democracia más o menos decente es que el ganador se decide hasta que se cierran las casillas el día de la elección y no antes. Aprovecha que las elecciones todavía son reales (esto podría cambiar en cualquier momento) y ve a votar por quien tú quieras. Ya sea que ames la música disco y mueras por regresar a la década de los 70s, que quieras revivir al dinosaurio o que voluntariamente quieras desperdiciar tu voto, ve a votar. Recuerda, no es un voto, es TU voto. Así que… vota. No anules, vota.

 

Vota.

 

VOTA.