Para los medios, publicar una lista es poco arriesgado: puede ser olvidable o, raramente, convertirse en referente que revalorice los trabajos incluidos.

Texto por: @Sean | Fecha: 22/10/2025
Hace unos días, ese monolito de la cobertura a la música independiente llamado Pitchfork publicó su lista de los cien mejores álbumes de rap de la historia. No voy a decir que soy un experto en el tema porque no gano nada con mentir, pero no pude evitar sentirme decepcionado, ultrajado, ofendido y más después de leerla. Hasta estoy considerando la posibilidad de que esa lista se haya publicado nomás para que la gente como yo se enojara y reaccionara de la forma en la que lo estoy haciendo. Cómo vas a hacer esa lista sin Midnight Marauders de A Tribe Called Quest, sin 3 Feet High and Rising de De La Soul (se agradece que la lista sí incluya a Buhloone Mindstate de este trío, el cual es mi favorito de ellos), sin Stankonia de Outkast y con solamente Yeezus de Kanye. Entiendo que ahora (y yo creo que permanentemente) es complicado hablar bien de Kanye, pero en ese caso déjalo fuera completamente, no incluyas nada más Yeezus, ¡maldición! En fin, todo esto me llevó a pensar en un tema que tenía pensado tocar desde hace algún tiempo: las listas, ¿qué hay con eso?.
Desde el punto de vista de los medios, el publicar una lista es una de las cosas menos arriesgadas que podrías hacer. Se puede decir que lo peor que podría pasar al publicarla es que sea predecible y aburrida, sin una opinión o punto de vista interesante qué exponer, lo cual solo tendría como consecuencia que las personas que lo lean lo aprueben y pasen a lo siguiente. El otro extremo es que, si los argumentos incluidos en ella para justificar lo que sea que quieras decir fueron tan convincentes que esta se convirtió en un referente sobre el tema y logró revalorizar alguno de los trabajos que incluyas, ya sea un álbum, una canción, una película, un libro, lo que sea. Pasa poco, pero estoy seguro de que ha pasado alguna vez.
La última opción es la de hacer una lista tan ofensivamente equivocada que, como consecuencia, se genere algún tipo de campaña en contra. El revuelo causado puede llevar a un mayor tráfico en tu portal, en caso de ser un medio digital, y aparte, seamos honestos, no creo que haya alguien con su credibilidad destrozada exclusivamente por decir que el mejor guitarrista de la historia es Nick Jonas o algo parecido. En resumen, no puedes perder publicando una lista.
Una de las consecuencias, para bien y para mal, de la publicación de listas de lo mejor de algo es que al final van definiendo “el canon”, por decirlo de alguna forma. Por ejemplo, considero que es generalmente aceptado que “el mejor álbum de la historia” es Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de The Beatles; que siempre cerca, pero siempre atrás, se encuentra Pet Sounds de The Beach Boys; que la fase imperial de Bob Dylan fue la trilogía de Bringing It All Back Home, Highway 61 Revisited y Blonde on Blonde; que el mejor álbum de Led Zeppelin es el IV y que el de The Doors es de los mejores álbumes debut de la historia. En la música, ¿mejor guitarrista? Eric Clapton, ¿mejor baterista? John Bonham, ¿mejor bajista? John Entwistle. En el cine, ¿mejor película? Ciudadano Kane. ¿segunda mejor película? El Padrino. Creo que una de las principales causas de la creación de estos casi dogmas es la existencia de las listas que continuamente reflejan todo esto.
Con lo anterior no pretendo decir que esos “dogmas” están equivocados. La creación de listas y la crítica están firmemente entrelazadas, y el incluir estos trabajos entre lo mejor de algo no es solamente por costumbre o capricho, pues de forma general, aparte de lo que se puede apreciar en la obra, también se considera su impacto en la industria, el contexto político y social en el que se lanzaron, lo que vino antes que pudo llevar a su creación, entre otros. Hay cosas que son literalmente imposibles de poner en otro lugar si se hace una lista de forma seria.
De cualquier forma, a final de cuentas, y como ya he repetido en muchas ocasiones, la calidad de algo tan subjetivo como la música, el cine, la literatura, entre otras cosas, es… pues eso, subjetiva. Por usar un ejemplo que ya usé con anterioridad, si lo tuyo son los corridos tumbados, no creo ni que estés de acuerdo ni que te interese que los “mejores álbumes de la historia” sean casi todos de rock clásico. Si te gustan las películas de superhéroes, tal vez no te vaya a gustar Ciudadano Kane. O tal vez sí te guste y entre en tu lista de películas favoritas junto a clásicos como Spider-Man 2, El Caballero de la Noche, y, por qué no, Morbius. Al final, todo esto se define en gustos, y el que algo sea generalmente aceptado como lo mejor no quiere decir que debe gustarte a ti.
Como conclusión, diré que AMO leer listas. Soy capaz de consumir todas y cada una de las listas que me encuentre, entre más absurdas mejor, por supuesto. ¿Que cuál es la mejor película búlgara del verano del 94? Debo saberlo. ¿Cuál es el mejor libro para leer cuando tsientes que te estás convirtiendo en un insecto? Creo que solo hay una respuesta correcta. ¿Que Rolling Stone actualizó sus míticas listas de las mejores canciones y álbumes de la historia? Voy a leerlas con lujo de detalle, más de una vez, hasta que estén grabadas en este cerebro. Considerando esto, espero que Avanzada, tu medio de noticias favorito, considere publicar listas próximamente, estaría más que espectacular.