En resumen, “La Empleada” es un thriller de glamour
y secretos, centrado en el poder femenino.

Texto por:   @AvanzadaMx  | Fecha: 18/12/2025

Paul Feig regresa al universo del thriller suburbano con “La Empleada”, adaptación del bestseller de Freida McFadden que explora la rivalidad, la obsesión y los secretos detrás de la fachada perfecta de la alta sociedad. Conocido por comedias como Bridesmaids y Ghostbusters, Feig vuelve a jugar con el suspense y el humor negro, entregando un relato estilizado que, aunque no siempre alcanza la sofisticación de A Simple Favour, resulta entretenido y sorprendentemente astuto.

 

 

La historia sigue a Millie (Sydney Sweeney), una joven que intenta rehacer su vida tras salir de prisión. Su libertad condicional depende de conseguir un empleo estable, y su suerte parece cambiar cuando es contratada por Nina Winchester (Amanda Seyfried), una sonriente ama de casa de Long Island que necesita ayuda para cuidar a su hija y mantener impecable su hogar casi totalmente blanco. A primera vista, Millie cree haber encontrado un salvavidas; pronto descubrirá que nada es tan simple como parece.

 

Desde la primera mañana, Nina revela un temperamento impredecible. Una crisis por simples notas escritas a mano para la reunión del PTA desata un conflicto con Millie, mientras su esposo Andrew (Brandon Sklenar) muestra un interés que va más allá de la cortesía. Lo que comienza como un clásico thriller doméstico se transforma en una dinámica de manipulación, celos y juegos psicológicos, donde los roles de víctima y villana se entrelazan de manera inesperada.

 

Seyfried roba la película con su interpretación de Nina, llevando el histrionismo a niveles casi de terror: gritos, lágrimas y miradas de hielo que capturan la esencia de una mujer al borde del colapso. Sweeney, en contraste, mantiene a Millie en una postura más pasiva durante gran parte del metraje, hasta que el clímax le permite liberar su personaje y aportar la energía necesaria para igualar a su antagonista. La química y tensión entre ambas actrices es, sin duda, el motor del film.

 

El director juega con el camp y la exageración, recordando clásicos del thriller doméstico como The Hand That Rocks the Cradle o Single White Female, pero con un giro contemporáneo. La película explora la dicotomía de clases y el comportamiento obsesivo de la élite suburbana, mostrando cómo el dinero y el poder distorsionan las relaciones y las emociones. Aunque el guion de Rebecca Sonnenshine no siempre evita clichés ni repeticiones, las escenas más exageradas resultan entretenidas y mantienen al espectador pegado a la pantalla.

 

A pesar de algunas transiciones abruptas y momentos de tensión que podrían haber sido más refinados, “La Empleada” alcanza su punto más alto en la última media hora, donde el caos y la energía desbordada permiten que la historia se despliegue en toda su intensidad. Entre gritos, intrigas y vestidos elegantes, Feig consigue ofrecer un espectáculo estilizado, con un guiño al humor negro y al exceso que caracteriza a su filmografía.

 

En resumen, “La Empleada” es un thriller doméstico que combina glamour, drama y un toque de camp, ideal para quienes disfrutan de historias sobre secretos, obsesiones y las complejidades del poder femenino en entornos de lujo. No es perfecta, pero su intensidad, las actuaciones de Seyfried y Sweeney, y los giros inesperados hacen que valga la pena sumergirse en este universo de casas impecables y tensiones fuera de control.