Esa lealtad a su sonido y la valentía de innovar han mantenido a Black Sabbath con un respeto y devoción únicos en la historia del rock.

Texto por: @AvanzadaMx | Fecha: 23/07/2025
En la historia del rock pocas bandas han marcado tanto como Black Sabbath. Desde finales de los años sesenta, el grupo de Birmingham, con Ozzy Osbourne al frente y Tony Iommi en la guitarra, cambió el rumbo de la música con un sonido oscuro, abrasivo y totalmente distinto al espíritu hippie de la época. Sin embargo, como sucede con muchas leyendas, el camino de Sabbath estuvo lleno de giros, excesos y rupturas que casi terminan con la banda mucho antes de lo previsto.
Aun así, Black Sabbath logró algo que pocos grupos de su generación pudieron: escribir un segundo capítulo en su historia, uno que, según el propio Iommi, quedó condensado en dos canciones clave.
DE LA GLORIA AL CAOS: LA SALIDA DE OZZY OSBOURNE
Durante los setenta, himnos como “War Pigs” y “Paranoid” llevaron a Sabbath a la cima, pero la fama trajo consigo el desgaste. Los excesos de alcohol y drogas golpearon fuerte, sobre todo en Osbourne, quien se volvió impredecible al punto de ser despedido por Iommi en 1979.
Esa ruptura dio origen a la exitosa carrera solista de Ozzy y abrió la puerta a una nueva era para Sabbath, primero con Ronnie James Dio al micrófono y, más tarde, con múltiples cambios en la alineación. Para mediados de los ochenta, Iommi era el único miembro original que quedaba, y el sonido de la banda se alejaba cada vez más del que había marcado su leyenda.
EL REGRESO: UN RENACER CON 13
Décadas después, ya con las aguas más calmadas y las adicciones bajo control, la formación original de Black Sabbath decidió reunirse. El resultado fue el álbum 13 (2013), un trabajo que no solo fue un regreso a la esencia, sino una reafirmación de sus principios artísticos.
Lejos de limitarse a un recopilatorio o a una gira nostálgica, Sabbath entregó material nuevo con la fuerza suficiente para medirse contra sus clásicos. Para Iommi, dos canciones del disco capturan a la perfección la identidad del grupo en esta etapa:
“End of the Beginning”: un corte con un aire de redención, que retoma el sonido denso y sombrío de los primeros Sabbath, pero con la madurez de décadas de experiencia.
“God Is Dead?”: una pieza cargada de riffs pesados y una atmósfera oscura que recuerda por qué la banda es considerada la precursora indiscutible del metal.
“Ambas son canciones muy Black Sabbath”, explicó Iommi en entrevista. “Si alguien busca cómo suena realmente la banda, ahí lo encontrará”.
LA HUELLA IMBORRABLE DE SABBATH
Con 13 y en particular con estos dos temas, Black Sabbath demostró que su vigencia no depende de la nostalgia, sino de su capacidad para seguir componiendo música relevante y poderosa. Mientras otros contemporáneos se conformaron con vivir de sus grandes éxitos, Iommi, Osbourne y compañía apostaron por mantener la esencia creativa que los convirtió en pioneros.
Esa fidelidad al sonido original, combinada con la valentía de mirar hacia adelante, es lo que ha permitido que Black Sabbath conserve un nivel de respeto y devoción pocas veces visto en la historia del rock