“Tren Bala” no solo funciona como un excelente sencillo por sí mismo, sino que deja claro que Jardín Animal está en plena transformación.

Texto por:   @AvanzadaMx  | Fecha: 02/08/2025

Desde Nicaragua para el mundo, Jardín Animal viene haciendo ruido con una propuesta que, sin grandes pretensiones, logra mucho: sonar familiar, fresco y, sobre todo, con algo propio que decir. Con “Tren Bala”, su más reciente sencillo, la agrupación entrega una muestra clara de evolución y personalidad, desmarcándose de un género que, en muchos frentes, ha parecido estancado.

 

 

Este es el segundo adelanto de lo que será su segunda producción discográfica, un EP en el que exploran nuevas influencias que van del Midwest Emo al punk más clásico. “Tren Bala” mantiene la energía del pop punk, con guitarras dinámicas y un ritmo directo, pero añade elementos que enriquecen el resultado: un contraste vocal bien logrado, arreglos que se sienten y una melodía que sorprende por su giro emocional y nostálgico.

 

Aunque el tema entra con fuerza y efusividad, no cae en la simple euforia adolescente. Hay una carga personal y un tono agridulce que le da profundidad, como si la canción se moviera entre el impulso de gritar y el deseo de encontrar sentido en medio del caos. La propia banda lo resume así:

 

“La canción explora la sensación de no encontrar tu lugar en el mundo: ese estado de moverse en automático, como estancado en una rutina que no avanza, mientras todo a tu alrededor cambia y gira sin parar. Queríamos capturar esa sensación de estar atrapados en uno mismo, viendo cómo todo sigue su curso sin que uno pueda seguirle el ritmo.”

 

El resultado es un tema fácil de escuchar, pero con capas que vale la pena explorar en repetidas escuchas. Y cuando uno cree que el viaje terminó, el cierre sorprende con instrumentos de viento que elevan el momento final a un lugar inesperado, dándole un aire casi grandilocuente, sin perder la esencia de la canción.

 

“Tren Bala” no solo funciona como un excelente sencillo por sí mismo, sino que deja claro que Jardín Animal está en plena transformación, buscando no quedarse quietos y empujando los límites de su propio sonido.