El talento de Ozzy era otro.
No escribía las canciones, pero les daba la interpretación correcta.

Texto por: @AvanzadaMx | Fecha: 29/07/2025
Se nos fue Ozzy. Ese que, por su fortaleza, parecía que nunca iba a morir (uno de los datos curiosos musicales más interesantes que tenía era que todos los miembros originales de Black Sabbath seguían vivos y todos los originales de The Ramones están muertos, te pone a pensar). Ese que hace menos de dos meses fue entrevistado por este, su medio favorito de cultura pop, Avanzada (realmente fue a Fozzy Osbourne, pero es más o menos lo mismo). Ese que se veía más vivo que nunca, tan solo 17 días antes, en su concierto de despedida, que más bien fue un merecido homenaje en vida.
John Michael Osbourne, nacido en Birmingham, Inglaterra, en diciembre de 1948, no parecía un joven que llegaría lejos. Nunca tuvo un interés especial por la escuela, la cual dejó al terminar la secundaria para dedicarse a distintos oficios, como la carpintería, o a trabajar de obrero. En alguna ocasión pasó seis semanas en prisión por robar en una tienda de ropa. Sin embargo, aquella tarde de 1963 en la que escuchó por primera vez She Loves You de The Beatles le daría una meta en la vida: convertirse en músico profesional.
Tras entrar y salir de distintas bandas, el destino y los amigos en común llevaron a que uniera fuerzas con Tony Iommi, Terence “Geezer” Butler y Bill Ward para formar la banda Earth. La vida en Birmingham no era fácil, la situación económica del país no era la mejor, y el futuro para los jóvenes se reducía a conseguir trabajo en alguna de las fábricas de la ciudad. Eso, además de la inspiración que les surgió tras ver la película italiana Black Sabbath, los inspiró a escribir “canciones de terror”. Si había películas de terror, ¿por qué no canciones? Por si no era obvio, la película también los llevó a cambiar el nombre de Earth por el de Black Sabbath.
Dentro de la banda, Ozzy no escribía las canciones, sino Geezer Butler, y tampoco escribía la música, el bueno para eso era Tony Iommi. Ozzy no tocaba ningún instrumento y, sinceramente, su voz era única, pero no era como que la mejor. El talento de Ozzy era otro. No escribía las canciones, pero les daba la interpretación correcta. No escribía la música, pero seguía exactamente la misma melodía de la guitarra en la mayoría de las canciones, pa’ no errarle. Pero, principalmente, era increíblemente carismático, logrando hacer que muchísimas personas se sintieran identificadas con su música.
Para finales de los 70s, sus adicciones causaron conflictos entre los miembros de Black Sabbath y, en 1979, fue despedido de la banda. En su defensa, Ozzy argumentó que los demás miembros eran tan adictos como él al momento de su despido. Si bien esto podría ser el final de la carrera de muchos, el carisma de Ozzy lo llevó al éxito como solista, a pesar de unos incidentes con dos especies diferentes de animales voladores y del giro satánico/gótico que tenía como temática (aparte de las horribles portadas de sus álbumes). Black Sabbath, a su vez, también le dio un giro similar a su música, con resultados (y portadas) muy cuestionables.
Para los 90s, Ozzy ya llevaba muchos años siendo una leyenda viviente del rock, y fue en el ya lejano 1995 cuando dio su único concierto en esta gran ciudad de las montañas, Monterrey. Todavía le lloro al Auditorio Coca Cola. Además, para estas alturas, algunos de los primeros actos inspirados por Ozzy y Black Sabbath ya habían alcanzado su propio estatus de leyenda, como Judas Priest, Iron Maiden o Metallica, al mismo tiempo que seguían surgiendo nuevas propuestas con sus influencias. Claramente Marilyn Manson era Ozzy (y Alice Cooper) para la generación X.
Sin embargo, 2002 fue el año en el que la leyenda voló del nicho del rock para convertirse en un ícono mundial. Por alguna razón que aún no logro entender, ese año hizo su aparición en MTV The Osbournes, el reality en el que se podía ver la vida familiar del príncipe de las tinieblas. Su carisma una vez más lo hizo tener un impacto profundo en el medio, pues es generalmente aceptado que este fue el primer reality enfocado en una familia de celebridades, formato usado millones de veces a partir de ese momento. Así es, sin Ozzy Osbourne no tendríamos a las Kardashian. Unas por otras, supongo. En fin, The Osbournes hizo que Ozzy perdiera un poquitín del aura oscura de alguien que es de la realeza de las tinieblas, pero al mismo tiempo lo acercó a las masas con su interesante forma de ser y, afortunadamente, no lo hizo perder su estatus de leyenda del metal.
Con el paso de los años, su estilo de vida empezó a alcanzarlo, aunque, de forma milagrosa, su canto nunca se deterioró más allá de lo que se espera con la edad. En las últimas décadas se le diagnosticaron la enfermedad de Parkinson, enfisema, entre otras cosas, las cuales, tras deteriorar gradualmente su salud, derivaron en la cancelación de su gira de despedida, que de cualquier forma hubiera sido cancelada, pues era durante todo 2020. Su plan inicial era continuar grabando música hasta el final, pero Ozzy no quería irse sin despedirse en vivo. Con la ayuda de su esposa Sharon y de Tom Morello se organizó Back to the Beginning, un concierto de despedida y al mismo tiempo de recaudación de fondos para distintas causas en el que se reunió con sus antiguos compañeros de Black Sabbath por última vez, además de reunir a algunos de los nombres más importantes del hard rock y del metal, y al sujeto de Disturbed. Aún sin la noticia de su muerte, este habría sido uno de los eventos musicales más importantes del año, sin lugar a duda.
Se nos fue Ozzy, ese que le dio una cara mainstream al metal, ese que hacía ver el cortarles la cabeza a mordidas a varios animales como lo más rockstar que alguien podría hacer, ese que después de revolucionar la música pasó a revolucionar la televisión. Se nos fue el que, durante cincuenta años, y por última vez tan solo 17 días antes, nos hizo a todos sentirnos vivos.