“El rock ‘n’ roll hoy no existiría sin ellos”, sentenció Eddie Van Halen, con la certeza de quien sabe que un riff puede cambiar la historia.

Texto por:   @AvanzadaMx  | Fecha: 24/06/2025

A estas alturas, el rock ha “muerto” más veces de las que podemos contar. Cada cierto tiempo, aparece un nuevo mesías con guitarra al hombro para revivirlo, como si el género necesitara respiración de boca en boca cada cinco años. Pero si le preguntaras a Eddie Van Halen sí, el mismo que convirtió la guitarra en un arma de otro planeta quién mantuvo con vida al rock cuando parecía desvanecerse… no dudaría en señalar a una sola banda: Black Sabbath.

 

 

LA OSCURIDAD COMO SALVACIÓN

Finales de los años sesenta. El sueño hippie se disolvía como neblina en el retrovisor. Los asesinatos de la familia Manson y las primeras grietas del optimismo flower power dejaban un aire pesado. En Birmingham, Inglaterra, una ciudad gris marcada por el humo industrial y la desilusión, cuatro jóvenes decidieron canalizar esa oscuridad en algo más poderoso que la desesperanza. Así, Ozzy Osbourne, Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward encendieron la chispa de Black Sabbath.

 

Eddie Van Halen lo explicó con una honestidad desarmante: “No había nada como ellos antes.” Y luego, sin encontrar palabras suficientes, hizo un gesto con las manos, como si su mente explotara. Así de impactante fue ese primer encuentro con la banda para miles de músicos y oyentes. No era solo una nueva banda. Era una nueva forma de entender el rock.

 

CUANDO LA MÚSICA DA MIEDO (Y ESO ES ALGO BUENO)

Kirk Hammett, guitarrista de Metallica, todavía recuerda esa primera vez como si hubiera ocurrido ayer. “Estábamos acampando, de noche, con una fogata. Alguien puso el primer disco de Sabbath… y me dio miedo. Pensé, ‘¡Esto es como una película de terror!’”, contó entre risas. Y es que Sabbath fue eso: una banda que trajo lo siniestro, lo sombrío, lo desconocido… y lo convirtió en sonido.

 

Era más que estética o letras oscuras. Era una revolución musical. “Ellos empezaron con esto de los riffs, de los licks”, explicaba Van Halen. “Ya no era solo rasguear acordes y cantar un coro. Era otra cosa.” Esa “otra cosa” definió lo que hoy llamamos heavy metal. Porque sí: antes de Sabbath, no existía.

 

REINVENTAR EL BLUES, ROMPER CON LO CÓMODO

Lo que mucha gente olvida es que, a pesar de toda su oscuridad, Black Sabbath estaba profundamente conectado con el blues. Pero lo deformaron, lo ralentizaron, lo hicieron rugir. En vez de buscar consuelo, querían incomodar. En vez de escapar, te obligaban a mirar de frente el lado más crudo de la vida.

 

Y justo ahí está su genio. Cuando el mundo quería olvidar, ellos nos hicieron recordar. Cuando la psicodelia soñaba con colores, Sabbath tocaba en blanco y negro. Pero gracias a ellos, el rock no desapareció entre modas pasajeras. Evolucionó. Se volvió más profundo. Más honesto.

 

“EL ROCK NO EXISTIRÍA SIN ELLOS”

Las palabras de Eddie Van Halen resuenan como una sentencia: “El rock ‘n’ roll hoy no existiría sin ellos.” Y no lo decía para quedar bien. Lo decía con la certeza de quien entendía cómo un riff puede cambiar el curso de la historia.

 

Más de 50 años después, seguimos escuchando ese eco. En cada riff denso, en cada grito de furia, en cada banda que se atreve a ir contra la corriente. El legado de Black Sabbath no es solo musical. Es una forma de ver el mundo: sin filtros, sin adornos, con toda la intensidad.

 

Porque a veces, el rock no necesita salvar al mundo. Solo necesita sonar como una explosión en la cabeza de un adolescente frente a una fogata. Y para eso, siempre estará Black Sabbath.