Mirando hacia atrás, está claro que los inicios titubeantes de Queen no fueron un fracaso, sino más bien los peldaños cruciales que los llevarían al triunfo musical.

Texto por:   @AvanzadaMx  | Fecha: 25/03/2025

La energía electrizante y el sonido icónico de Queen son innegables, pero detrás de su meteórico ascenso a la fama se esconde una historia de frustración y aprendizaje. Conocidos por su impecable musicalidad y su presencia arrolladora en la historia del rock, los primeros años de la banda no fueron tan perfectos como uno podría pensar. El legendario cuarteto, que más tarde moldearía el panorama de la música rock, enfrentó importantes luchas en los primeros años de su carrera, luchas que posteriormente se convertirían en la base de su éxito creativo.

 

 

A posteriori, es casi inconcebible pensar que una de las bandas más grandes de la historia haya enfrentado tales dificultades. A pesar de su enorme talento, su álbum debut, Queen (1973), estaba lejos de ser la obra maestra que los fanáticos llegaría a conocer y amar. Aunque canciones como “Keep Yourself Alive” y “Liar” se convertirían más tarde en himnos del rock, el proceso de grabación de su primer álbum estuvo plagado de problemas técnicos y frustraciones. Fue una experiencia de la que el guitarrista Brian May admite abiertamente arrepentirse.

 

En una entrevista sincera con Guitar World en 2023, May reflexionó sobre el primer esfuerzo de la banda, expresando su insatisfacción con el producto final: “Nuestra principal frustración fue el sonido de ese primer álbum, con el que nunca estuvimos contentos.” A pesar de la energía cruda y el potencial innegable en la música, la banda se vio atrapada con una grabación insatisfactoria, un producto que no reflejaba sus ambiciones ni su sonido en evolución.

 

Los problemas comenzaron en el estudio mismo. Queen fue arrojada a los Trident Studios, un lugar que aún comenzaba a ganar reconocimiento como un centro de grabación para el talento emergente. El problema, como explica May, fue que el equipo y las técnicas del estudio no coincidían con la visión sonora que la banda tenía en mente. “El sonido de Trident era muy apagado,” comentó May, enfatizando que lo que el estudio consideraba “de última tecnología” estaba muy lejos del sonido real que ellos habían imaginado. En lugar de capturar la vitalidad de su música, la grabación sonaba plana, carente de la vida y la grandeza por las que Queen sería conocido.

 

A pesar de estos errores técnicos iniciales, el álbum debut de Queen aún llevaba consigo la chispa de la grandeza. Incluso en su forma más cruda, la energía y la ambición de la banda eran palpables. Grabado entre 1971 y 1973 en Trident y en el De Lane Lea Music Centre de Londres, el álbum pudo haber sido un poco tosco, pero era imposible no reconocer la emoción de un grupo destinado a la grandeza.

 

Lo que siguió fue la determinación de la banda de no conformarse nunca con la mediocridad. En lugar de desanimarse por sus frustraciones iniciales, se volvieron aún más decididos a elevar su música. El segundo álbum de Queen, Queen II (1974), marcó un punto de inflexión, mostrando a una banda que comenzaba a encontrar su verdadera identidad. Con un sonido más refinado, audaces exploraciones artísticas y portadas de discos icónicas, la evolución de Queen estaba en pleno apogeo. Y aunque todavía estaban trabajando los detalles con los estudios, su sonido comenzaba a ser inconfundiblemente propio.

 

Mirando hacia atrás, está claro que los inicios titubeantes de Queen no fueron un signo de fracaso, sino más bien los peldaños cruciales que los llevarían al triunfo musical. Si no hubieran superado esos obstáculos en los primeros años, no habrían logrado crear algunos de los álbumes y actuaciones más grandes de la historia del rock. Su debut, por imperfecto que fuera, fue la chispa que encendió el fuego que se convirtió en Queen, una banda que continuaría empujando los límites de la música y el entretenimiento durante décadas.

 

En el gran esquema de las cosas, el primer álbum de Queen puede no ser su logro técnico más destacado, pero es un testimonio de la inquebrantable determinación de la banda por alcanzar la perfección. Sin esas luchas y frustraciones tempranas, Queen nunca habría llegado a ser la realeza del rock que es hoy en día.