El filme se siente especialmente relevante en un contexto global donde los discursos de odio siguen ganando terreno.

Texto por:   @AvanzadaMx  | Fecha: 28/11/2024

“Alas Blancas” no solo es una película conmovedora, sino también una de esas obras que quedan en la memoria por su mensaje profundo y visualmente cautivador. Dirigida por Marc Forster, conocido por su habilidad para adaptar historias llenas de matices como Finding Neverland y A Man Called Otto, este filme ofrece una experiencia que mezcla el drama histórico con una narrativa esperanzadora, ideal para nuevas generaciones. No es casualidad que cuente con la Garantía Cinépolis, un distintivo que asegura la calidad y el impacto de cada proyección.

 

 

Basada en la novela gráfica de R.J. Palacio, autora del exitoso Wonder, “Alas Blancas” se presenta como un spin-off de este universo literario y cinematográfico, pero con un enfoque más introspectivo y maduro. Aquí, el exbully Julian Albans (interpretado por Bryce Gheisar) encuentra redención y perspectiva a través de los relatos de su abuela Sara, interpretada magistralmente por Helen Mirren. La cinta transita entre el presente y el pasado, explorando la desgarradora experiencia de Sara como una adolescente judía oculta durante la ocupación nazi en Francia.

 

La narrativa destaca por sus poderosas actuaciones, especialmente las de Ariella Glaser y Orlando Schwerdt, quienes aportan profundidad y emotividad a los flashbacks que constituyen el corazón de la historia. Acompañados por la meticulosa dirección artística y una cinematografía que transforma los paisajes rurales franceses en postales visuales, logran que cada escena esté cargada de belleza y tensión. Estos contrastes entre la inocencia de la juventud y los horrores de la guerra se acentúan con una banda sonora evocadora, que refuerza los momentos más desgarradores y los más esperanzadores.

 

Aunque algunos críticos podrían señalar su tono edulcorado o su inclinación por lo sentimental, “Alas Blancas” no pretende ser una recreación histórica al estilo crudo de otras cintas bélicas. Su enfoque es didáctico y humano, destinado a transmitir un mensaje de empatía y bondad. Esto queda encapsulado en una de las frases más memorables del filme: “Olvidas muchas cosas en la vida, pero nunca olvidas la bondad”. Es un recordatorio atemporal de que, incluso en los momentos más oscuros, la humanidad puede prevalecer.

 

El filme se siente especialmente relevante en un contexto global donde los discursos de odio siguen ganando terreno. Forster logra equilibrar la crudeza del pasado con la posibilidad de un futuro mejor, haciendo de “Alas Blancas” una herramienta valiosa para que las nuevas generaciones reflexionen sobre el impacto de sus acciones.

 

Con la Garantía Cinépolis, los espectadores tienen la certeza de que esta película no solo cumple, sino que supera las expectativas. “Alas Blancas” es más que un drama histórico: es una experiencia cinematográfica que abraza la esperanza, la resiliencia y el poder transformador de la bondad.