Visualmente, “Párvulos” apuesta por una estética casi monocromática que intensifica el ambiente desolador.

Texto por:   @AvanzadaMx  | Fecha: 07/11/2024

El cine de Isaac Ezban nunca ha sido convencional, y su quinta película, *Párvulos*, no es la excepción. Este thriller postapocalíptico, presentado en el Festival de Cine Fantasia en Montreal, combina una narrativa oscura con una perspectiva profundamente humana, logrando destacar en un género que parecía haber agotado sus posibilidades creativas.

 

 

Con un enfoque en tres hermanos que luchan por sobrevivir tras una pandemia que devastó a la humanidad, Ezban transforma la típica historia de zombis en un relato íntimo y desgarrador sobre la familia, el sacrificio y la pérdida. Salvador, Oliver y Benjamín, los jóvenes protagonistas, viven aislados en una cabaña en las montañas de Jalisco. Sin adultos que los guíen, sobreviven gracias a ingeniosas pero crudas improvisaciones: cultivan plantas que no prosperan, cazan pequeñas criaturas y alimentan a los “monstruos” encerrados en el sótano, que resultan ser sus propios padres transformados en zombis tras recibir un fallido lote de vacunas. 

 

Ezban y el coguionista Ricardo Aguado-Fentanes logran convertir esta premisa en una reflexión sobre el peso de la responsabilidad en la infancia. Salvador, el mayor, asume el rol de protector y proveedor, a pesar de haber perdido una pierna, mientras sus hermanos menores lidian con el miedo y la esperanza de recuperar a sus padres. Esta dinámica familiar, cargada de tensiones y ternura, es el motor emocional del filme. 

 

Visualmente, *Párvulos* apuesta por una estética casi monocromática que intensifica el ambiente desolador. La fotografía de Rodrigo Sandoval Vega Gil y el diseño de producción de Adelle Achar plasman con maestría la decadencia del mundo exterior y el caos controlado dentro del hogar. Los detalles, como la bicicleta convertida en generador de energía y la única película disponible para los niños (*The Congress* de Ari Folman), subrayan la desesperación y creatividad de los protagonistas. 

 

A pesar de su tono sombrío, la película no carece de humor negro, como se evidencia en las escenas donde los hermanos intentan “entrenar” a sus padres zombis para que se comporten de manera más humana. Sin embargo, la amenaza externa no se limita a los infectados; también enfrentan a depredadores humanos, incluidos fanáticos religiosos que añaden una capa extra de horror a la narrativa. 

 

Aunque algunos críticos han señalado que el ritmo puede ser desigual y que el último acto se extiende más de lo necesario, *Párvulos* compensa con una profundidad emocional poco común en el género. Las actuaciones de los tres jóvenes actores son auténticas y conmovedoras, anclando la película en la realidad emocional de los personajes, mientras que la dirección de Ezban refuerza su reputación como uno de los cineastas más originales de México. 

 

En definitiva, *Párvulos* es mucho más que una historia de zombis: es una obra que explora los límites del amor familiar y la resiliencia humana en un mundo destruido. Con un balance entre horror, comedia y tragedia, esta película se perfila como un hito del cine de género en Latinoamérica. Una experiencia impactante que invita a reflexionar sobre lo que realmente significa sobrevivir.