Más de una vez me he hecho amigo de un desconocido en el público, para nunca volver a verlo. Esos son los sentimientos que nacen en un buen concierto.

Texto por:  @Sean  | Fecha: 21/10/2024

Dado que acostumbro publicar textos relacionados con el mundo de la música, creo que es obvio decir que una de mis actividades favoritas es ir a conciertos. La expectativa en los días anteriores y en el camino al evento; el momento en el que se apagan las luces, señal de que el concierto ya va a empezar; el formar parte de una reunión de gente que está ahí por exactamente la misma razón que tú. Todo esto hace que asistir a eventos de música en vivo sea una de las mejores experiencias que alguien podría tener, de esas que probablemente dejan recuerdos para toda la vida.

 

Una de las cosas que más me gustan de ir a un concierto es que, ahí dentro, todos somos familia. Es cierto que en festivales grandes o conciertos muy abiertos al público a veces parece más un “supervivencia del más fuerte”, pero, en general, sabes que toda la gente que está ahí tiene, por lo menos, ese gusto en común contigo. Más de una vez me he vuelto amigo de un desconocido en el público, para luego jamás volverlo a ver. Ese es el tipo de sentimientos que se generan en un buen concierto

 

También están aquellas veces en las que te encuentras a alguien que conoces, pero con el que nunca interactuabas, y resulta que tienen más cosas en común de las que creías. En el mejor de los casos, puede pasar que ahí conozcas a alguien que literalmente te cambie la vida, ya sea a una futura pareja, mejor amigo o, en temas más musicales, a tus futuros compañeros de banda. Le pasó a Fobia, le pasó a Smashing Pumpkins, y también te podría pasar a ti.

 

Pero, como en todo, si existe un lado positivo, también existe un lado negativo. En años recientes, más o menos a partir de la eliminación de las restricciones relacionadas con el COVID-19, se ha notado una, digamos, ligera degradación en el comportamiento del público que asiste a conciertos. Claro, por ligera quiero decir “raza, por favor dejen de lanzarle cosas a sus artistas favoritos”. Podría dar ejemplos, pero creo que con escribir “Dr. Simi” es más que suficiente.

 

Más allá del problema de aventarle cosas a otro ser humano para que reaccione a ellas como animal en zoológico (eso está prohibido hasta en los zoológicos, qué rayos), se nota que asistir a conciertos ha pasado de ser un evento en el que el enfoque está en el artista a una competencia para ver quién logra conseguir boletos, quién lleva la ropa más llamativa, quién genera el contenido más “viral”, entre otras cosas.

 

Existen varias causas que podrían explicar este comportamiento. Una de ellas es la interacción de los fans con sus artistas favoritos por medio de las redes sociales, lo cual los puede llevar a pensar que, más que un artista, se trata de un amigo cercano del cual conocen todo, que está dispuesto a tratarte como tal y que, aparte, entiende cualquier tipo de chistes “locales”.

 

También se sugiere que muchas de las personas que asisten a conciertos tienen un ligero caso del Síndrome del Personaje Principal. Wictionary (de verdad existe) define este síndrome como “el fenómeno de pensar que uno mismo es el protagonista de la película de su vida, y, como consecuencia, irrealmente relevante e importante”, en este caso, en comparación con los demás asistentes al evento. Un ejemplo de esto es el que muchas veces, cuando se comparten fotos o videos de conciertos en redes sociales, el enfoque es mayor en el espectador que en el artista.

 

A pesar de todo esto, es imposible negar que ir a un concierto es una de las experiencias más maravillosas que alguien podría vivir, especialmente si amas la música. Como saben, el salir de gira se ha vuelto cada vez más complicado para la mayoría de los artistas, así que esperemos que no se detenga el flujo de conciertos que hay en el país, regresar a esas épocas oscuras del 2020 no le haría bien a nadie.

 

Ah, y saludos al amigo que me contó sobre la importancia de Jaguares en su vida mientras veíamos su reencuentro en el Machaca 2019, donde quiera que estés.