Una de las cosas divertidas de la música es que la misma canción puede significar cosas diferentes para personas diferentes.

Texto por:  @Sean  | Fecha: 03/02/2024

Hace algunos ayeres, en una reunión familiar, empecé a hablar sobre conciertos con uno de mis primos, mayor que yo. Según recuerdo, me contó que vio a AC/DC o uno de esos clásicos, mientras yo le contaba de mis múltiples Pa’l Nortes y más. Después de un rato, me reveló que era fan de Foo Fighters y que la considera su banda favorita. Yo, intentando iniciar una conversación sobre ellos, le digo que, aunque en general no me agradan mucho, su primer álbum me parece muy bueno. Se me queda viendo sospechosamente y le digo que es en el que vienen clásicos como This is a Call, I’ll Stick Around y, la mejor de todas, Big Me. Siguió viéndome como si no supiera de qué le hablo, y decidí que sería mejor continuar hablando de conciertos.

 

Esta interacción, y muchas otras que he tenido después de esa, me llevaron a hacerme una pregunta: ¿qué es realmente el ser fan de algo o alguien? Y, ya que andamos de curiosos, ¿en qué momento es permitido ponerte la etiqueta de fan? ¿Está bien llamarte a ti mismo fan si nada más conoces dos o tres canciones de aquel o aquella artista del que te consideras fan? ¿Es necesario llegar al borde de la obsesión y la idolatría, como si fueras Swiftie o miembro del BTS Army, para ser un verdadero fan?

 

Siempre va a haber gente que, cuando un artista tiene su momento de popularidad en el “mainstream”, siente un cierto resentimiento hacia los nuevos seguidores. Recuerdo dos casos relativamente recientes: Aquella vez que apareció un fan de Metallica en Stranger Things y cuando salió Bohemian Rhapsody, la película biográfica de Freddie Mercury. En lo personal, y sin considerarme fan de Queen, sí pensaba que era muy extraño que de repente todo el mundo fuera fan de Queen, si sus canciones habían estado ahí por casi cincuenta años. Sin embargo, a fin de cuentas, esta nueva ola de popularidad es exactamente lo que buscan estas bandas al hacer “sinergia” con otras formas de entretenimiento. La llegada de nuevos fans, o de seguidores efímeros, les genera ganancias que para nada son despreciables. Y si, además, su música logra conectar con un mayor número de gente, pues aún mejor.

 

Por otro lado, están esas personas que se saben absolutamente todos los datos curiosos de sus artistas favoritos, desde detalles técnicos de sus canciones hasta información de su vida personal que solamente un acosador podría saber. Esas personas que gastan todos sus ahorros para ir a todas las fechas que se presente su artista favorito en su país, aunque tengan que tomar un avión (o más) para llegar. No todos podemos ser de esas personas, tanto por temas de logística como de salud mental. ¿Es necesario llegar a ese nivel para ser considerado fan?

 

Tal vez la respuesta a todas estas preguntas es más simple de lo que parece. En mi opinión, si tú te consideras fan de algo, nadie tiene el derecho a decirte que no lo eres. No importa si nada más te sabes unas cuantas canciones o si ni siquiera sabes los nombres de los integrantes de tu banda favorita, si cuando escuchas esas canciones se mueve algo dentro de ti, como si te estuvieran hablando a ti en específico, no veo por qué no podrías considerarte fan. Por otro lado, aunque es muy satisfactorio convertirte en algo cercano a un súper fan (creo que podría pertenecer a algo así de más de un artista, específicamente en la parte de los datos curiosos), creo que también es necesario tener bien definidas tus prioridades, pues se puede llegar a extremos no saludables. Cuídense, gente.

 

Una de las cosas divertidas de la música es que la misma canción puede significar cosas diferentes para personas diferentes, así como cada persona puede darle la importancia que guste a su forma de consumir música. Por esto mismo, no importa si tienes lo que algunos llamarían un “interés superficial” por un artista, o si, al contrario, después de escuchar una canción chida decides entregarte por completo, en cuerpo y alma, a tus nuevos modelos a seguir. Al final, nadie tiene el poder de decirte que no eres fan, uno es fan y punto. Así que, primo, sigue siendo fan de Foo Fighters y no dejes que nadie te detenga.